La comunicación puede utilizar cualquiera de nuestros sentidos, gestos, expresiones faciales, corporales, sin olvidar otras dimensiones comunicativas como táctil, olfativa y gustativa; de un modo más general el principal medio de comunicación es el verbal-auditivo.

     En la Asociación San José, encontramos personas con problemas graves de comunicación, desde la etapa infantil hasta la tercera edad.  Es fundamental que las personas se sientan inclinadas a comunicar sus deseos y necesidades, independientemente de la capacidad verbal que posean.  Las conductas de aislamiento pueden verse reducidas proporcionando a la persona oportunidades de interacciones placenteras y respondiendo pronto a sus señales comunicativas, sea cual fuere el medio que se utilice.

     Los sistemas aumentativos y/o alternativos de comunicación (SAAC) se pueden considerar como un conjunto de recursos dirigidos a facilitar la comprensión y la expresión en las personas que tiene dificultades en la adquisición del habla y el lenguaje. Su finalidad es aumentar el lenguaje o sustituirlo cuando éste no pueda desarrollarse o no sea inteligible.

     El proyecto del Sistema de Comunicación Común dentro de la Asociación, surge por la escasez de materiales específicos de ayuda a la comunicación para las personas de la Asociación con severas dificultades para expresarse oralmente.

Los objetivos del sistema de comunicación común son la herramienta a través de la cual las personas interactúan con su entorno, los objetivos que se pretenden llevar a cabo son:

  • Crear un lenguaje común tanto adaptado como alternativo para abarcar toda la diversidad presente en la Asociación
  • Implantar dicho lenguaje, poniendo en conocimiento a los profesionales y usuarios/as para que puedan desarrollar y apoyar este proyecto.
  • Unificar criterios y conseguir una mayor coherencia entre los profesionales en lo relativo a la selección de sistemas aumentativos/alternativos de comunicación (SAAC), el sistema a emplear y la forma de introducirlo y desarrollarlo.
  • Diseñar materiales adaptados a las personas atendiendo a su diversidad comunicativa.
  • Elaborar, con programas informáticos y demás recursos tecnológicos, el vocabulario más adecuado basándonos en la diversidad de las personas.
  • Diseñar estrategias metodológicas en grado creciente de complejidad para trabajar con los materiales elaborados.
  • Una vez implantado el sistema de comunicación en la asociación, se procederá a salir a la comunidad.

     Las actividades que se propongan han de ser diversas, realizadas en distintos ambientes, para favorecer el proceso de generalización de los aprendizajes. Para ello, se clasifican en los distintos niveles, a cada uno de estos niveles se vinculan grupos de personas de diferentes edades (desde primera infancia hasta tercera edad), siendo la forma de trabajo y los contenidos muy similares.

Para desarrollar esta metodología se va a tener en cuenta:

  • Una descripción general de las personas a las que van dirigidas.
  • Una introducción sobre cómo y cuándo elaborar o revisar los distintos documentos.
  • Una selección de objetivos, contenidos, metodología, actividades, evaluación, etc, dentro de cada uno de los niveles establecidos. Este itinerario sirve de modelo de programación, incluye también aspectos de temporalización, metodologías específicas, cuadros de observación, programas individuales, organización del trabajo por entornos y rutinas, especificaciones sobre cómo trabajar algunos materiales elaborados. Todo lo necesario para poder elaborar la programación de cada grupo de personas.

     La comunicación es algo más que hablar. La comunicación efectiva implica varias acciones a la vez, como empatía, saber escuchar y, principalmente, cercanía y comprensión. Asimismo, el lenguaje corporal, las expresiones faciales, el tono, la intensidad y el ritmo de la voz, juegan un papel destacado, ya que inconscientemente transmitimos y recibimos con los gestos más de lo que transmitimos con las palabras. Sin duda, todo un reto para los profesionales. Además, existe la creencia de que la buena comunicación puede tener efectos positivos sobre los usuarios.

Relación es igual a comunicación. La comunicación constituye conexiones y las conexiones forman relaciones.

Unas palabras equivocadas, unos gestos imprudentes o unos conceptos mal interpretados, pueden generar situaciones no deseadas.

     Relacionarse bien con los demás, significa conectar con ellos para intercambiar información de forma apropiada y significativa. Si pensamos en la cantidad de tiempo que dedicamos cada día a tratar con los demás, no nos costará comprender  por qué debemos facilitar la comunicación.

     El éxito de nuestra Asociación, no es sólo que todos los trabajadores aprovechemos al máximo nuestras capacidades, sino también que ayudemos a hacer lo propio. En el contexto de la inteligencia emocional, esto significa que nos comprometemos a ayudar a los demás a controlar sus emociones, a comunicarse con eficacia, a solucionar sus problemas, a solventar sus conflictos y a sentirse motivados.

     Por un lado, conocer, percibir y gestionar nuestras propias emociones nos permite comunicarnos desde el autocontrol y el autoconocimiento, evitando mensajes irracionales dominados por emociones negativas. Y por otro lado, comprender y aceptar las emociones ajenas, nos permite ajustar el mensaje al estado anímico de nuestro interlocutor. La inteligencia emocional favorece alcanzar la comunicación efectiva, así como  que el proceso comunicativo resulte íntegro, desechando conflictos, malas interpretaciones y superando barreras comunicativas.

     Asociados a la inteligencia emocional, encontramos conceptos como la empatía y la asertividad. El primero se refiere a la capacidad de “ponerse en el lugar del otro”, comprender, aceptar sus emociones y motivaciones. El segundo, es la capacidad de defender, afirmar las propias opiniones y sentimientos desde el respeto hacia los demás, situándose entre la agresividad y la pasividad.

     Nuestra finalidad  es conseguir que la persona con diversidad funcional adquiera una vida plena y consciente, donde su desarrollo integral como persona se base en la toma de decisiones y elija sobre su vida aquí y ahora, utilizando como herramienta principal la autodeterminación.

     Todas las personas pueden hacer elecciones o indicar preferencias. Respetar el derecho de autodeterminación de la persona significa apoyar sus decisiones y asumir que, a menudo, aprenderán lecciones valiosas de los errores. Hay que proporcionar apoyos para la adquisición de competencias o habilidades que ayuden a las personas a explorar todas las alternativas y oportunidades existentes en su vida, interiorizando el concepto de autodeterminación; la persona con diversidad funcional es la encargada de decidir cómo quiere dirigir su vida. Para ello debe ser libre, independiente, responsable y entender que para ésto necesita o precisa apoyos.

     Para desarrollar un proceso real de autodeterminación, se deben dar ciertas condiciones tales como que el entorno social reconozca a la persona con diversidad funcional, la posibilidad de tener control sobre su propia vida, que el estilo de vida de las personas presente oportunidades de participar en variedad de situaciones (espacios naturales),  actividades, roles y relaciones; que la persona tenga poder psicológico y confianza en sus propias posibilidades de hacer, que las cosas sean diferentes y, por último, que aprendan las competencias necesarias y, en su caso, reciban los apoyos que precisan.

     Este artículo se basa en un proyecto iniciado recientemente en la Asociación San José, con el fin de dotarla de un sistema de comunicación común por y para los usuarios, que tendrá como fin la implantación en la comunidad. En los próximos meses nos centraremos en la elaboración del sistema de comunicación.

Carlos José Pérez Gómez
María José Ortiz Ordóñez
Área de Audición y Lenguaje