INTRODUCCIÓN

Durante el envejecimiento se producen numerosos cambios en la estructura y función de todos los componentes de la piel. Al disminuir la elasticidad y la grasa subcutánea, la textura de la superficie cutánea está más rígida y seca, favoreciendo que la piel de las personas mayores  esté más expuesta a sufrir agresiones que pueden terminar en úlceras por presión.

Son un problema grave y frecuente en personas mayores con discapacidad, y representan una de las principales complicaciones de la situación de inmovilidad, siendo el manejo adecuado de esta patología un importante indicador de calidad asistencial.

Se trata de una lesión de origen isquémico localizado en la piel y tejidos subyacentes con pérdida de sustancia cutánea, producida por la presión prolongada o fricción entre dos planos duros.

EPIDEMIOLOGÍA

Aunque no es un problema exclusivo del paciente geriátrico son las personas mayores el grupo de población más afectados.

La incidencia de las úlceras por presión varía según la calidad de los cuidados, el tipo de paciente y el estadio de evolución. La tasa de prevalencia hospitalaria en España es aproximadamente de un 8%, siendo el 30% en pacientes que presentan inmovilidad absoluta en más de 1semana.  En el ámbito residencial las cifras aumentan hasta el 25%.

FACTORES DE RIESGO

Los principales factores que contribuyen al desarrollo de la úlcera por presión se pueden clasificar en:

1- Factores intrínsecos  (factores asociados a la pluripatología del paciente anciano):lesiones cutáneas en relación con el envejecimiento y la patología asociada, trastornos del transporte de oxigeno( éstasis venosa, insuficiencia vascular periférica..), déficits nutricionales (delgadez, obesidad, anemias, hipoproteinemia..), trastornos inmunológicos (cáncer, infección..) alteraciones del estado de conciencia (fármacos, confusión, coma..),déficit motor (fracturas, ACV..),déficits sensoriales ( pérdida de sensibilidad térmica y dolor..) y alteraciones de la eliminación urinaria y / o fecal.         

2-Factores extrínsecos:

  1. Factores derivados del tratamiento: sondajes o inmovilidad impuesta por el tratamiento
  2. Factores situacionales: falta de higiene, humedad, arrugas en la ropa, objetos de roce, inmovilidad secundaria al dolor o a la fatiga.
  3. Factores derivados del entorno: falta o mala utilización del material de prevención, sobrecarga de trabajo, falta de criterios unificados en la planificación de curas, falta de educación sanitaria de cuidadores y pacientes..

VALORACIÓN DE LA LESIÓN

Es importante la unificación de criterios a la hora de clasificar el grado o gravedad de la UPP para facilitar el manejo asistencial y la comunicación entre los distintos profesionales así como para valorar la evolución de la lesión. Se define por consenso los siguientes estadios teniendo en cuenta el aspecto externo y evolución de la úlcera:

  • Estadio I: Epidermis y dermis lesionadas pero no destruidas .La piel aparece con un tono rojo-rosado y no recupera el calor normal después de retirar la presión.
  • Estadio II: Epidermis y dermis destruidas afectando hipodermis. La piel aparece agrietada, con aparición de vesículas o ampollas. Estas úlceras no son muy exudativas ni tienen bordes bien definidos. Tiene un aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
  • Estadio III: Hipodermis destruida, provocando una cavidad o úlcera bien definida, generalmente con exudado (líquido).Implica lesión o necrosis de tejido subcutáneo que puede extenderse hacia capas profundas.
  • Estadio IV: El tejido muscular y el óseo están invadidos, pudiendo incluso verse las estructuras óseas, con el tejido necrótico y exudado abundante. La necrosis abarca músculo y llega a afectar articulaciones y hueso.

PREVENCIÓN

1.- CUIDADOS DE LA PIEL:

  • Se debe revisar la piel y zonas de lesiones antiguas por lo menos una vez al día. Cualquier zona  enrojecida, tras unos minutos de haber cambiado de postura, tiene que llamar su atención.
  • Fíjese bien en las zonas típicas de presión: talones, glúteos, espalda, codos y parte posterior de la cabeza.
  • Mantenga la piel limpia y seca (orina, material fecal, exudados…) Debe limpiar la piel tan pronto como se ensucie,  con un trapo o esponja suave.
  • Debe usar jabones que no irriten la piel y agua tibia.
  • No utilice  ningún tipo de alcohol.
  • Evite la sequedad de la piel: use cremas o aceites hidratantes que se absorban completamente, evite el aire frío o seco.
  • Use ropa de cama que sea de tejidos naturales y manténgala seca, limpia y sin arrugas.
  • Coloque en las zonas típicas de presión protectores o apósitos acolchados.
  • No realice masajes sobre prominencias óseas.

2.- REDUCCIÓN DE LA PRESIÓN.

  • A los pacientes encamados es necesario, cada 2-3 horas, moverles  haciéndolo siguiendo un orden.
  • En pacientes que permanecen largo tiempo sentados,  es conveniente enseñarle a  que se movilice cada 15-30 minutos.
  • Procure mantener la alineación corporal para así distribuir el peso de manera uniforme.
  • Evite el contacto directo de las prominencias óseas entre sí, por ejemplo tobillos, rodillas, etc.
  • Evite el arrastre por la cama.
  • Si es necesario eleve la cabecera de la cama lo mínimo posible y durante el tiempo mínimo.
  • Use dispositivos que disminuyan  la presión: almohadas de látex, colchones anti-escaras (de aire, agua o látex), protectores de talones y codos, etc. (son materiales complementarios, no sustituyen nunca a los cambios posturales).

3.-  INCONTINENCIA:

  • Evite la humedad de la orina, heces, sudor o supuración. Cuando esto ocurra debe limpiar muy bien la piel, secándola luego con un paño suave a golpecitos, nunca frotando.
  • Use medidas para controlar la incontinencia de esfínteres: pañales, sondas, colectores, etc…

4.- VALORACIÓN Y CUIDADO DEL ESTADO GENERAL DEL PACIENTE:

  • Tratar la enfermedad aguda, ajustar las necesidades nutricionales (preferentemente protéicas)
  • Proporcionar una buena hidratación.

Las UPP pueden prevenirse si  se tiene  en cuenta que un 90%  de éstas llegan a ser evitables siendo de vital importancia disponer de estrategias de educación y prevención

TRATAMIENTO

Partiendo de la premisa que el  mejor tratamiento es la prevención, las estrategias de actuación se asientan sobre los cuidados generales y los locales:

Ante el tratamiento de una UPP se tendrá en cuenta una doble visión de los cuidados:

1.- CUIDADOS GENERALES

  • Alivio de la presión sobre los tejidos y prevención de nuevas lesiones Los pacientes que presentan o presentaron una o varias lesiones son considerados pacientes de alto riesgo de desarrollar nuevas lesiones
  • Soporte nutricional – Un buen soporte nutricional favorece la cicatrización de las UPP, también puede evitar la aparición de éstas, y de la infección – Las necesidades nutricionales de una persona con ulceras por presión están aumentadas debido a las necesidades inherentes al proceso de cicatrización. – La dieta del paciente con ulceras por presión deberá garantizar el aporte como mínimo de: · Calorías, Proteínas pudiendo ser necesario un aumento de hasta un máximo de 2 gr./Kg.peso/día). · Minerales: Zinc, Hierro, Cobre · Arginina · Vitaminas: Vit C, Vit A, Complejo B .En caso de que la dieta habitual del paciente no cubra estas necesidades se debe recurrir a dietas enriquecidas.
  • Manejo del dolor: La percepción del dolor es subjetiva, cuando un paciente se queja de dolor hay que tratarlo, eliminando o controlando su fuente de origen: cura en ambiente húmedo, cubriendo heridas, ajustando las superficies de apoyo, recolocando al paciente. – Si se considera necesario y adecuado proporcionar analgesia
  • Valoración Psico-Social: Es necesario identificar al cuidador y valorar la capacidad, habilidad, conocimientos, recursos, y motivación de éste y del paciente para participar en el plan de cuidados. Diseñar, aplicar y evaluar medidas de implicación del paciente y familia en la prevención y cuidado de las UPP
  • Soporte Emocional – Problemas físicos, emocionales, sociales y económicos que se pueden traducir en un déficit en la demanda de autocuidados y la habilidad de proveer esos autocuidados. – Déficit de autonomía, autoimagen, autoestima, etc. –
  • Educación – Informar continuamente a todos los miembros del equipo asistencial del estado, evolución y tratamiento de la lesión – Valorar la capacidad del paciente/cuidador para participar en su programa de prevención y tratamiento. – Desarrollar un programa de educación que sea: · Organizado, estructurado y comprensible.

2 .- CURAS:

El tratamiento viene determinado por la fase en la que se encuentra dentro de un mismo estadio(a excepción del estadio I). Estas situaciones que son la infección, cavitación, exudación y dolor, marcarán la evolución de la lesión.

La cura general se basará en realizar la limpieza con un aseo normal, agua y jabón neutro y suero fisiológico, aplicando un  apósito, manteniendo el tejido perilesional seco.

En estadio I se requiere básicamente  una buena limpieza de la lesión y evitar presión.

En el estadio III-IV  es cuando se requerirá desbridamiento para retirar el material necrótico que puede ser:

  • quirúrgico: método cruento q se realiza por planos y en diferentes sesiones, es recomendable analgesia tópica y en ocasiones se realizan en quirófano con anestesia.
  • químico: pomadas enzimáticas que licuan tejido necrótico.
  • autolítico: apósitos que producen cura húmeda, favorecen la acción de enzimas endógenos sobre tejidos desvitalizados.
  • mecánico: apósitos o gasas humedecidos que al secarse se adhieren al tejido necrótico.

Mª  Piedad Vallejo García
D.U.E. Asociación San José

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